Letra de zoom

[Carta de Paz: 134] 15 de noviembre (sábado) Hora de Japón: Noche Un Día para Contemplar el Mundo con los Ojos Divinos

A todos los participantes,

Muchas gracias por participar siempre.

Les enviamos el programa especial para la tarde del sábado (hora de Japón).

Dado que el contenido es extenso, lo enviamos como archivo PDF.

Si están interesados, por favor revisen el contenido en el archivo PDF y acompáñennos. .

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Nombre del Programa

[Un Día para Contemplar el Mundo con los Ojos Divinos]

Día y Hora

Sábado, 15 de noviembre
Hora de Japón (JST): 8:58 PM
Hora Estándar del Este (EST): 6:58 AM
Hora de Argentina/Uruguay: 8:58 AM
Hora de Europa Central (CET): 12:58 PM

PDF (Contenido)

251115-Sab_Un-Día-para-Contemplar-el-Mundo-con-los-Ojos-Divinos_Programa-Detallado.pdf
https://zoom.vg.peace51.net/download/25364/?tmstv=1763126585

URL de Zoom

https://us02web.zoom.us/j/6980729270?pwd=nW9HgFrjw71kpe38gTNS-rdtnvZ3Rw.1

Cuando se abren los Ojos Divinos — La evolución de la conciencia y la tierra fértil de la gratitud —

Los Ojos Divinos — Evolución, profundización y divinización de la conciencia

En los últimos años, usamos con frecuencia los términos “Ojos Divinos” y “Perspectiva Divina”. Al desentrañar el significado de estas palabras, descubrimos que se refieren a “la conciencia del despertar espiritual” o “la conciencia de la unidad entre el Ser Divino y el ser humano”. Desde otro ángulo, estas expresiones también representan la conciencia de Rojintsu—la más elevada de las Seis Potencias Divinas.

De esto se desprende una idea común: los Ojos Divinos no se refieren a una transformación de los ojos físicos (los órganos de la vista), sino a la evolución, profundización y divinización de toda la conciencia.

A medida que aspiramos al Despertar Divino y nos pulimos y elevamos interiormente, la guía de los Espíritus Guardianes produce una ascensión de los cinco y seis sentidos. En esa etapa, todas las sensaciones se integran y el campo vibratorio de ver, oír y tocar se expande.

Así, cuando percibimos a una persona, a un grupo o a la humanidad entera—cuando percibimos un objeto o un acontecimiento—ya no es un simple acto de ver, sino un acto de observar en su totalidad, con profundidad y conciencia multidimensional.

En este sentido, los “Ojos Divinos” y la “Perspectiva Divina” representan el proceso mediante el cual nuestra conciencia regresa a la vibración primordial de la vida misma—el proceso por el cual se desarrolla el séptimo sentido, integrando el sexto.

Transformación a través de una vida de gratitud sincera

Para que nosotros, los habitantes de la Tierra, desarrollemos y encarnemos los “Ojos Divinos” y la “Perspectiva Divina” como nuestra conciencia habitual, primero debemos realizar una reescritura fundamental y una restauración completa de nuestro reconocimiento del yo.

Esto significa darnos cuenta de que: “Yo no soy otro que Dios mismo, y nada aparte de Él. Por lo tanto, todo existe dentro de la Conciencia Divina en mí; nada existe fuera de ella.” Tal realización conduce a la elevación de nuestra conciencia hacia la esfera vibratoria de la Divinidad.

Para alcanzar este estado, debemos practicar continuamente vivir cada momento de cada día con un corazón de oración, el corazón de Dios y la conciencia del universo.

Existen muchos métodos concretos, pero la manera más simple para las personas modernas es vincular una respiración relajada con la gratitud, cultivando el hábito de sentir gratitud instantáneamente hacia cada persona y circunstancia. A través de esta práctica, expresamos gratitud de manera continua, día y noche.

Cuando nos dedicamos de todo corazón a la práctica de la gratitud, cada pensamiento, palabra y acción—momento a momento, las veinticuatro horas del día—se transforma naturalmente en expresiones basadas en la gratitud. El suelo de nuestro corazón se convierte entonces en una tierra fértil de gratitud sincera.

Si continuamos esta práctica con sinceridad, dondequiera que escarbemos en el suelo de nuestro corazón, encontraremos naturalmente solo gratitud—“Qué bendecido soy”, “Solo existe la gratitud.” Cuando el suelo de nuestro corazón se transforma en gratitud misma, nos volvemos capaces de encarnar y expresar libremente cada cualidad divina—el amor, el perdón, el reconocimiento de la santidad, la trascendencia de las limitaciones del yo y el uso creativo del poder infinito.

La práctica de vivir como un puente entre el Cielo y la Tierra

Para lograrlo, debemos comprometernos firmemente durante un cierto período—al menos tres semanas—a practicar el abstenernos de emitir cualquier pensamiento que no sea de gratitud. Durante ese tiempo, es especialmente eficaz establecer una configuración interior: “Cuando siento gratitud, mi respiración se vuelve calmada y rítmica.” (El período necesario puede variar según la persona.)

Las células de nuestro cuerpo físico son compañeras en la vida de nuestra conciencia. El líder de todas estas células es nuestra propia conciencia, incluida la mente subconsciente. Cuando nuestra conciencia las guía suavemente—“Ustedes son seres divinos, y así deben actuar en tales momentos”—las células responden en consecuencia.

Entonces, los latidos del corazón se mantienen en los 70 por minuto, el sistema nervioso parasimpático se vuelve dominante, las ondas cerebrales se mantienen al menos en el rango alfa, y podemos vivir una vida de gratitud sincera con un cuerpo y una mente relajados, en un estado natural y sin esfuerzo.

Existe una expresión: “la evolución de la conciencia.” Para establecer un mundo perfectamente armonioso en la Tierra, la evolución de la conciencia humana es esencial. De hecho, lo es todo. Todo lo demás se transformará naturalmente, impulsado por la evolución de la conciencia.

En este sentido, para vivir con Conciencia Divina y hacer nuestros los “Ojos Divinos” y la “Perspectiva Divina”, aspiramos, desde este año hasta el próximo, a que todos se conviertan en portadores de la conciencia del Mundo Divino—con la cabeza en el reino divino y los pies en la Tierra física—viviendo juntos como aquellos que conectan el Cielo y la Tierra.

Los sábados por la noche, continuaremos creando un espacio en el que todos los participantes contemplen la Tierra con la conciencia de Rojintsu—la conciencia que ve todo reposando en la palma de la mano—y envíen luz al mundo.